¿Dónde estas tu?

Blog_MeditacionesViernesEntonces ella los hizo bajar con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en la muralla de la ciudad y ella vivía en la misma muralla. Rahab les dijo: “Vayan a la región montañosa, no sea que los perseguidores los encuentren. Escóndanse allí por tres días hasta que los perseguidores regresen. Entonces pueden seguir su camino.”

Los hombres le dijeron: “Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho jurar, a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón de hilo escarlata a la ventana por la cual nos dejas bajar, y reúnas contigo en la casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la casa de tu padre. Cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres; pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él.Pero si divulgas nuestro propósito, quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar.”

Rahab respondió: “Conforme a lo que ustedes han dicho, así sea.” Y los envió. Ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana.

Los espías se fueron y llegaron a la región montañosa. Allí permanecieron por tres días, hasta que los perseguidores regresaron. Los perseguidores los habían buscado por todo el camino, pero no los habían encontrado. Entonces los dos hombres regresaron y bajaron de la región montañosa, y pasaron y vinieron a Josué, hijo de Nun, y le contaron todo lo que les había acontecido. Y dijeron a Josué: “Ciertamente, el Señor ha entregado toda la tierra en nuestras manos, y además, todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante nosotros.” Josué 2:15-24

Es la sangre del Cordero sobre nuestras casas lo que nos protege, mientras estemos bajo su sangre estaremos en su cobertura y protegidos de todo mal que pueda venir, que hermoso es el poder de Jesús, he aquí una cuerda roja, pero cuanto representa esa cuerda roja, nosotros sabemos que va más allá, representa la sangre de nuestro Salvador.

Un principio que debemos tener en cuenta es que no basta con tener la sangre, debemos permanecer en CASA bajo Su cobertura, debemos permanecer para no ser destruidos, debemos permanecer cerca a Él, siguiendo sus mandamientos, creciendo en Él, perseverando en la fe.

¿Dónde estas tu? No te alejes mucho, o sea que termines siendo destruido.

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