Mis ovejas oyen mi voz…

En medio de tanto ruido que nos rodea, como podemos escuchar la voz de Dios? Como es posible escuchar la voz de Dios en medio de una civilización que no nos deja un solo momento de quietud? Aun en las noches, las calles están atestadas de sonidos, carros que van y vienen, aviones que sobrevuelan, algún equipo de sonido a todo volumen en la casa de un vecino.

En el nuevo testamento encontramos unos testimonios tan sorprendentes de como Dios se comunica con sus hijos a través de su Espíritu, y vemos este mover impresionante del Espíritu de Dios por medio de la asamblea de los santos, de su iglesia, vemos al Espíritu hablando una y otra vez. Y sobre todo, vemos a las personas obedeciendo. Vemos todo este mover en la iglesia que los lleva a compartir sus vidas, a compartir en familia, y los vemos todos juntos, corporativamente, sacando tiempos para tener intimidad con el Padre, orando en las casas, orando en la playa, orando en todo tiempo, en todo lugar.

Lo interesante es que nuestras reuniones de oración actual, son muy interesantes y un poco diferentes, en aquella época el Espíritu hablaba, lo cual indica que se le daba tiempo para que lo hiciese, pero en las reuniones actuales se llena cada posible vació con alguien que este orando, y cuando no se tiene nada mas que decir, se termina la reunión, pero no se da el tiempo, el momento, para escuchar la voz del Espíritu de Dios.

Algo debe cambiar. Seria muy interesante si dedicáramos la mitad del tiempo a hablar, y la otra mitad a guardar silencio, y escuchar lo que el Espíritu de Dios habla a través de los hermanos y hermanas que se reúnen para orar. Ese es un ejercicio muy practico, interesante y que traerá resultados sorprendentes.

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