Cuidado te contaminas…

Cada vez es mas común escuchar a los hermanos hablar de sus trabajos, de sus colegios, incluso de sus propias casas con unos términos que denotan un total desconocimiento de su misión en el mundo. Frases como «no me gusta ese lugar porque siento un ambiente tan feo», o «estoy pidiendo a Dios que me saque de ese lugar».

Y cuando tu vas a la raíz del asunto, te das cuenta de que no son antros de sexualidad, drogas o violencia. Son sitios comunes y silvestres, pero que los cristianos con una mentalidad «escapista» están convencidos de que son lugares de mala muerte, y que su único lugar es dentro de un edificio al que mal llaman «iglesia».

Seria bueno recordar la oración que hizo nuestro gran Rey, nuestro Señor Jesucristo:

«No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.» – Juan 17:15

Interesante como la misión de ser luz del mundo, rápidamente se ha pervertido en una de ser acusadora del mundo, desde una posición lejana al mismo. Es como que queremos alumbrar la habitación, pero sin entrar a la casa, como si el cristianismo fuera una cosa de estar lejos y con un reflector apuntar al mundo y espera que de repente el mismo sea alumbrado.

Animo a todos los que pasan por estas situaciones, donde quieren que Dios los saque de «en medio de estos mundanos», para que mas bien le pregunten a El, que es lo que El quiere hacer contigo en medio de ese lugar, y en vez de querer salir corriendo a esconder la Luz, puedas alumbrar con una llama incandescente, y todos puedan ver la Gloria de Aquel que Vive en Ti!

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