«Te pido que los apartes del mundo y que le tengan miedo a los demonios«, Jesucristo nunca dijo esto, pero muchos actúan como si así fuera.
Cada día me asombro mas de como la tradición puede quitarle el poder que Dios le ha concedido a su pueblo por medio de su Espíritu Santo. Generación tras generación, veo a muchos cristianos que literalmente le tienen pánico a la obra de satanás, en vez de ser quienes se paren en la brecha, en el poder del Espíritu Santo, para detener el avance de las tinieblas.
Escucho mas a menudo de lo que me gustaría, a hermanos que dicen «sentimos una presencia tan fea que tuvimos que salir de ese lugar«, «no pudimos ni entrar porque sentimos una presencia tan fea«, «fuimos a visitar a esta persona, pero sentimos algo tan feo que salimos rápido de ahí«. Aquellos que son la luz y sal del mundo, aquellos que han sido revestidos del Espíritu Santo con poder, salen huyendo ante «una presencia«.
Algo paso en la historia que nos arrebato nuestra posición en Jesucristo, y le ha robado el poder y la autoridad, que le ha sido conferida por medio de Jesucristo en el poder del Espíritu santo, a la Iglesia. Algo debe cambiar, si nosotros que tenemos el Espíritu Santo huimos de estas presencias, que esperanza tendrán aquellos que ni las perciben y son influenciados por ellas?
Es mi oración que cuando sientas una presencia de estas, puedas levantarte con autoridad, como hijo de Dios, como embajador del Reino de Dios, y que sea la presencia la que huya de ti, y no tu de ella, no por lo que tu eres, sino por quien Habita en Ti.