«Yo quiero una iglesia, Que sane al herido,
Que rompa cadenas, Liberte al cautivo,
Que aclare la mente al que esta confundido
Y que hable verdad.» Extracto de la canción «Mi Iglesia» de Rene Gonzalez
Después del siglo cuarto hasta nuestros dias, muchos acontecimientos han sucedido en la historia de la iglesia, y algo que ha venido a acontecernos como Iglesia del Dios Viviente es que hemos tenido siempre dos caminos, dos opciones.
El primer camino, es el de volver a la enseñanza apostólica contenida en el nuevo testamento, con todo lo que ello implica, afectando incluso nuestras practicas, incluso las practicas mas profundas y estructuradas que tenemos, incluido lo que conocemos como «el culto» o «servicio dominical«.
El segundo camino es seguir, sin preguntarnos de donde salio, ni sus origenes, ni investigar, una serie de rituales heredados, entre ellos el llamado «culto» o «servicio dominical», el cual hemos heredado de Lutero, quien a su vez lo heredo de la institución religiosa de la época, que lo fue construyendo de herencias que le dio el imperio romano en base a rituales a dioses romanos que a su vez se copiaron de los ritos a dioses griegos.
La tradición religiosa siempre ha SEGUIDO la ultima opción, aunque PREDIQUEN de la primera. Algún día las cosas serán como deben de ser, como decimos acá en Colombia: como Dios manda.