Escuche una historia que me pareció muy interesante, la he estado contando a todos con los que he tenido la oportunidad porque me parece que da «en el clavo» con una situación que es común a los hijos de Dios, la historia va así:
Había una vez un pastor tenia un grupo bíblico con el cual se reunía semana a semana, y les enseñaba acerca de la oración, el pastor continuo con el mismo tema semana tras semana, hasta que una hermanita del grupo no aguanto mas y en una determinada charla lo interrumpió, «No mas!», exclamo la hermanita, «¿Hasta cuando nos va a tener con este tema de la oración? Porque no hablamos de cosas mas interesantes, guerra espiritual, acerca de ángeles, demonios, del final de los tiempos, ¿hasta cuando tendremos que escuchar acerca de la oración?» a lo que el pastor le responde de manera enfática «¡Hasta que lo vivas!».
Muchas veces queremos adelantarnos en las temporadas que Dios tiene para nosotros, nos queremos saltar procesos, y cuando nos saltamos procesos en nuestras vidas, realmente no avanzamos espiritualmente, lo que hacemos es acumular información en nuestras cabezas, es el problema con el que se enfrenta Pablo en Corinto, y razón por la cual en 1 de Corintios 3:1 les dice «Así que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.«.
Llega un punto en la vida de todo hijo de Dios en el que debe decidir si seguirá llenándose de conocimiento intelectual, o comenzara a vivir lo que cree. Podremos avanzar a «cosas mas profundas», cuando realmente vivamos las mas básicas, de lo contrario no serán mas que conocimiento intelectual.
¡Hasta que lo vivas!