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Además de las preguntas que hemos explorado con anterioridad, hay otra pregunta que debemos hacernos, y es una que a veces nos cuesta, pero debemos ser sinceros con nosotros mismos, brutalmente sinceros: ¿Soy bueno para esto? Para aquello que considero mi propósito, ¿soy bueno para ello realmente? Y ¿otros notan que soy bueno, que tengo madera para esto? A veces podemos perder muchos años, intentando ser excelentes en algo, que nos apasiona, pero para lo cual no tenemos lo necesario.
Dios ha puesto en nosotros todo lo necesario para cumplir con nuestro propósito, y aunque a veces no es fácil, y requiere de esfuerzo y dedicacion, debemos tener cuidado de no perder años y años haciendo algo, para lo cual sinceramente, no somos buenos, porque no fue para lo que fuimos creados.
Un carro es muy bueno para ir de un lugar a otro, pero si intentas atravesar un rió, podrías tener dificultades, porque no fue diseñado para ello, así tu tienes un diseño especifico, y requiere estudio, dedicacion y perseverancia llevar tu propósito acabo, pero no debería de ser imposible, y otros deberían poder medir tu progreso.
Es por ello que es importante escuchar a aquellos a nuestro alrededor, teniendo en cuenta que sean expertos en el tema, por ejemplo, si lo tuyo es escribir y alguien que se dedica al diseño gráfico te dice que no eres bueno para escribir, esa opinión no es confiable, porque no viene de una persona experta en el tema, si por el contrario un profesor de literatura te da consejos de aquello que debes mejorar, es obvio que debes escuchar ese consejo.
Debemos aprender a escuchar a aquellos que nos rodean, pero también aprender a filtrar lo que nos dicen, si viene de fuentes confiables, expertas en el tema del cual están opinando. Así que, ¿eres bueno para lo que has pensado hasta el momento es tu propósito? Y ¿otros a tu alrededor, que sepan del tema, reconocen que eres bueno para ello?