Llega un momento en la vida, o múltiples momentos, en los que debemos reconocer que mas allá de lo que hagamos, de lo que sintamos, de lo que pensemos, hay mucho mas en la vida que nuestra rutina diaria, y aunque esa rutina es parte de la formación de carácter, paciencia y dones de Dios en nuestra vida, hay un momento en que debemos reconocer que no lo es todo en nuestras vidas.
La verdad es que hay un clamor en cada uno de nosotros porque debe haber mucho mas de lo que vemos y sentimos, que la vida se debe tratar de algo mucho mas grande y sublime que ir a estudiar o trabajar, y es cierto, la vida tiene un propósito mucho mas alto, mas sublime, un gran propósito eterno que es por Dios y para Dios.
El centro de todo el universo es Jesucristo, y todo el universo se mueve hacia ese centro, por eso tu vida, por mucho que intentes alejarte, por mucho que intentes llenarte con actividades, incluso actividades en el nombre de Dios, siempre sentirás un vació y una insatisfacción, porque todo te esta llevando a Jesucristo, a hacer de El el todo en tu vida.
Cuando llegues a ese punto en tu vida, donde te des cuenta de que nada te llena, porque todo es menos que Jesucristo, sera un gran día de liberación para ti, un gran día de celebración para el Reino, porque una vida mas se habrá dado cuenta, y entenderá de una vez por todas, que no vive para si misma, porque todo fue creado por El y para El. Y con una sonrisa el Rey te dirá: entra en el gozo de tu Señor.