Jesucristo es el Principio y el Fin. El ES el primero en todo. Y cuando hablamos del propósito eterno de Dios, de cumplir el Anhelo de Dios, hemos hablado de que la humanidad fue llamada a cumplir dicho Propósito Eterno, pero para ello debe pasar por el Árbol de la Vida, ¿debe pasar por quién? Por Jesucristo! Porque todo fue creado POR EL y PARA EL. Y eso es algo que la humanidad no ha entendido, que no puede hacer las cosas a su manera.
Usted ha escuchado la expresión “yo adoro a Dios a mi manera”. Que expresión más interesante, la humanidad caída ha querido siempre hacer las cosas a su manera. Y esa expresión muestra el egoísmo, yo he escuchado esa expresión cientos de veces, en cientos de personas diferentes a lo largo de mi vida “es que uno tiene derecho a adorar a Dios como uno quiera”.
Esa expresión me parece tan fascinante, porque claro, si Dios es un SER inalcanzable, que no habla, que no se mete en la historia de la humanidad, que es mudo, y no tiene manera de comunicarse, pues obviamente la humanidad no tiene más remedio que si quiere adorar a dicho Dios, pues hacerlo cada quien a su manera. Pero saben algo, nosotros no hemos aprendido así a Jesucristo. El Dios Eterno tiene un propósito eterno, tiene un plan, y lo ha desvelado a través de la historia de la humanidad.
Y la culminación de su revelación, el punto más alto de su revelación a los hombres fue enviar a su propio Hijo. Él nos dio a conocer al Padre, porque nadie podía dar a conocer al Padre sino el Hijo, y esto es obvio, quien podría dar a conocer a Dios, sino aquel que estaba con Dios, delante de Dios y que era Dios, como nos dice Juan.
Así que, esa expresión de que “yo adoro a Dios a mi manera”, es una expresión que demuestra una falta de conocimiento de Dios, no son personas que están en contra de Dios, sino que no creen que Dios pueda comunicarse con la humanidad. Y nosotros no hemos aprendido asi de Cristo.