Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. – Jesús, el Señor.
La verdad es que hemos mistificado tanto «la Voluntad de Dios», que la hemos convertido en un asunto tan etéreo, tan distante y tan unipersonal, que la hemos sacado de su contexto bíblico. La Verdad es que muchos aspectos de la voluntad de Dios están contenidos en la Biblia, Él es muy claro en cuanto a que cosas hacen parte de su voluntad, y cuales no lo son.
Pero al final del día,[pullquote position=»right»] todos quieren hacer las cosas «como Dios manda», hasta cuando lo que Dios manda contradice sus gustos personales.[/pullquote] Todos quieren agradar a Dios, pero al final del día, cuando agradar a Dios implica el renunciar a algún gusto personal, cultural o familiar, el agradar a Dios se convierte en algo etéreo, disfrazamos el egoísmo, el vivir para nosotros mismos detrás de frases que suenan muy espirituales, pero que esconden que no queremos renunciar a nuestros más caros anhelos.
Necesitamos más que nunca, una generación que se levante y diga #vivimosparati, así les cueste lágrimas y la vida misma.