Este post es reproducido con el permiso de la autora Ruth Sosa de su Blog Rutisosa (Click aqui para ser dirigido al blog), me pareció tan especial, al punto y profundo que le pedí permiso para colocarlo aquí en este espacio:
En esta oportunidad hago real unas de las tantas instrucciones que mi Padre Dios me ha dado en este tiempo, las comparto con ustedes, esperando que también les pueda orientar hacia dónde deben dirigirse:
- Dios nos llamó y nos eligió para que seamos su pueblo santo.
- Vivamos siempre con compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.
- No debemos enojarnos más bien, perdonarnos, cuando alguien haga algo malo, así como también el Señor nos perdonó a nosotros.
- Pero lo más importante de todo es que nos amemos porque el amor es lo que nos mantiene perfectamente unidos: “El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
- Debemos permitir que la paz de Cristo controle siempre nuestra manera de pensar, pues Cristo nos ha llamado a formar un solo cuerpo para que haya paz; y demos gracias a Dios siempre.
- Debemos permitir que el mensaje de Cristo viva plenamente entre nosotros.
- Debemos enseñarnos y aconsejarnos con toda la sabiduría que Dios nos da.
- Debemos cantar salmos y canciones espirituales con el corazón lleno de agradecimiento a Dios.
- Siempre debemos dedicar al Señor Jesús todo lo que decimos y lo que hagamos, dando gracias a Dios Padre a través de Jesús.
(Basado en Colosenses 3 y 1 Corintios 13)