Hay ciertas cosas que todos sabemos que están mal o simplemente no tienen sentido dentro de las cosas que hacemos como cristianos pero nos sentimos mal de admitir que están mal, casi que nos sentimos pecando por tan solo pensarlas, no porque en realidad sean pecado, pero porque ese es el poder que tiene la TRADICIÓN.
En esta serie de posts estaremos mencionando algunas «verdades incomodas» que muchos sabemos pero no nos atrevemos a decir, ya hemos mencionado la primera de ellas en el post Verdades incomodas que todos SABEMOS pero NO decimos. #1, ahora continuamos con la segunda:
Verdad Incómoda #2: Dios NO mueve a las personas a cambiarse de congregación, las mueve a edificar la congregación donde ya están, pero no quieren pagar el precio.
Seamos sinceros, para muchos la Cruz de Cristo es un camino olvidado, estamos en una época donde el individualismo ha permeado el cristianismo, una fe históricamente reconocida por el valor de la palabra COMUNIDAD, pero lo que importa hoy en día es que tu te sientas bien y si no te sientes bien en la congregación donde estás entonces cambia de congregación así como cambiarias de restaurante.
Muchas veces es más fácil cambiar de congregación cuando algo sale mal, cuando el pastor me llama la atención, cuando siento que no me dan el lugar que me merezco y es porque creemos que la congregación gira alrededor nuestro, pocos se preguntan ¿cómo puedo aportar al lugar donde estoy?, muchos llegan es preguntando ¿y aquí que me van a dar, como me van a reconocer?
Te recomiendo leer el capítulo 4 de Efesios y recordar que tú has sido dado al cuerpo para su edificación en la iglesia local donde estas, vuélvete un edificador y no un espectador, ¿No te ha pasado que hay personas que te encuentras y siempre te cuentan como «Dios las movió a cambiarse de congregación»? es curioso que Dios no las mueva a edificar la congregación donde ya están.
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¡Dios te Bendiga!