Hay cosas que sabemos que están mal o no tienen sentido dentro de las cosas que hacemos como cristianos pero muchas veces nos sentimos mal de admitir que están mal, casi que nos sentimos pecando por tan solo pensarlas y no es porque en realidad sean pecado es porque ese es el poder que tiene la TRADICIÓN.
En esta serie de posts estaremos mencionando algunas «verdades incomodas» que muchos sabemos pero no nos atrevemos a decir, ya hemos mencionado las primeras dos (puedes verlas dando click aquí) ahora continuamos con la tercera:
Verdad Incómoda #3: Dios no sueña con siervos, sueña con HIJOS, el servicio es consecuencia natural del AMOR, no un fin en sí mismo.
Desde la eternidad el Padre ha tenido un sueño, un propósito eterno, un Plan de las Edades, y parte de ese propósito es el de tener una vasta familia de hijos e hijas conformados a la imagen del Hijo: Jesucristo. Pero no siempre este es el énfasis que escuchamos en algunas congregaciones, el énfasis suele ser el servicio.
Y es como si se hiciera un dios del servicio y termina convirtiéndose en un fin en sí mismo y resulta que Dios no busca siervos porque para eso creo a los ángeles que son espíritus ministradores (servidores), al hombre lo creo para algo más.
Ahora, ¿estoy diciendo que el hombre no debe servir? En ninguna manera, Jesús nos dejó ejemplo de servicio, lo que estoy diciendo es que el servicio es una consecuencia natural del AMOR, no un fin en sí mismo, el servicio no es lo que está mal, lo que está mal es el énfasis que algunos ponen en el servicio como si fuera el fin último de los hijos de Dios.
Lo que está mal es que por causa de este énfasis muchos hijos de Dios estén sufriendo porque «no están sirviendo» y se crean «menos hijos» que otros, lo que está mal es que se asocie nuestra identidad al servicio, cuando nuestra identidad está en el hecho de que se nos ha dado el privilegio de ser llamados hijos de Dios y eso somos.
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¡Dios te Bendiga!