Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: “Padre Mío, si esta copa no puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad.”
Cuán fácil es leer este pasaje pero otra cosa es vivirlo, la cruz es algo poderoso que debe obrar en cada uno de los seguidores de Jesús, esa noche tormentosa la angustia de Jesús llego al punto de hacerlo sangrar.
Y en medio de su angustia el expresa de una manera tan sincera lo que su humanidad siente, Padre, no quiero morir, no quiero ir a la cruz, pero debo hacerlo por encima de lo que quiero.
Qué ejemplo, en medio de una cultura Cristiana qué te enseña a decretar, declarar y establecer Tu voluntad, la biblia nos muestra la verdad y realidad de las cosas: lo único que debemos decretar, declarar y establecer es la Voluntad de Dios, así nos cueste lágrimas y la vida misma, así vaya en contra de lo que nosotros queremos.
Padre qué se haga tu voluntad en nuestras vidas, danos lo que necesitamos y no lo que queremos, porque tu mejor que nadie sabe que es lo que obrará para bien, para el avance de Tu propósito.
-Inspirado en el TcD del 18 de Marzo del 2016, Mateo 26:31-46.