Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado (Intercesor) para con el Padre, a Jesucristo el Justo. El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Y en esto sabemos que Lo hemos llegado a conocer: si guardamos Sus mandamientos.
El que dice: “Yo Lo he llegado a conocer,” y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda Su palabra, en él verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios. En esto sabemos que estamos en El. El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo.
Amados, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que han tenido desde el principio. El mandamiento antiguo es la palabra que han oído. Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en El y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la Luz verdadera (Jesucristo) ya está alumbrando. El que dice que está en la Luz y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la Luz y no hay causa de tropiezo en él. Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. 1 de Juan 2:1-11
Muchos creen que el punto máximo de la vida es nacer de nuevo, es recibir a Jesús en algún punto de sus vidas y ya, si esto fuera así seriamos fulminados y caeríamos muertos al instante en que pasa este magno evento, realmente el sentido no es únicamente llegar a Jesús, pero permanecer en Él, que Él continué siendo formado en nosotros.
El llamado de la escritura es a permanecer, este es el llamado de los cielos sobre esta generación, una generación que continuamente permanezca en Él, que guarde sus mandamientos y que ame al prójimo, que ame sin condición y perdone aunque tenga la razón, no debemos ser de los que conocieron alguna vez de Jesús pero ahora tienen una vida apagada y una fe casi muerta, debemos ser de los que permanecen en Él, todos los días, así cueste lagrimas y la vida misma..