Cuando todo el pueblo acabó de pasar el Jordán, el Señor le dijo a Josué:“Escojan doce hombres del pueblo, uno de cada tribu, y ordénenles: ‘Tomen doce piedras de aquí, de en medio del Jordán, del lugar donde los pies de los sacerdotes están firmes, y llévenlas con ustedes y colóquenlas en el lugar donde han de pasar la noche.’”
Josué llamó a los doce hombres que había señalado de entre los Israelitas, uno de cada tribu; y Josué les dijo: “Pasen delante del arcadel Señor su Dios al medio del Jordán, y alce cada uno una piedra sobre su hombro, de acuerdo con el número de las tribus de los Israelitas. Sea esto una señal entre ustedes, y más tarde cuando sus hijos pregunten: ‘¿Qué significan estas piedras para ustedes?’ entonces les responderán: ‘Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas delante del arca del pacto del Señor. Cuando ésta pasó el Jordán, las aguas del Jordán quedaron cortadas.’ Así que estas piedras servirán como recuerdo a los Israelitas para siempre.”
Así lo hicieron los Israelitas, tal como Josué ordenó, y alzaron doce piedras de en medio del Jordán, como el Señor dijo a Josué, según el número de las tribus de los Israelitas. Las llevaron consigo al lugar donde acamparon y allí las depositaron. Entonces Josué colocó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde habían estado los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto, y allí permanecen hasta hoy.
Porque los sacerdotes que llevaban el arca estuvieron parados en medio del Jordán hasta que se cumpliera todo lo que el Señor había mandado a Josué que dijera al pueblo, de acuerdo con todo lo que Moisés había mandado a Josué. Y el pueblo se apresuró y pasó. Cuando todo el pueblo había acabado de pasar, el arca del Señor y los sacerdotes pasaron delante del pueblo.
Los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés pasaron en orden de batalla delante de los Israelitas, tal como Moisés les había dicho. Como 40,000 equipados para la guerra, pasaron delante del Señor hacia los llanos de Jericó, listos para la batalla. Aquel día elSeñor engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel; y le temieron (lo respetaron), tal como habían temido (respetado) a Moisés todos los días de su vida. Josué 4:1-14
Como sacerdotes de Dios, nuestra labor es sostener la presencia de Dios, el arca era el lugar de la presencia de Dios, donde Él se presentaba en medio de los dos querubines, nosotros debemos sostener Su presencia, incluso estando en la brecha, sin hacer nada más que sostener la presencia de Dios, dando testimonio de que aún hay sacerdotes de Dios que no quieren nada más que Su presencia, que levantar Su nombre en alto.
Nuestra posición como portadores del arca es el estar constantemente sosteniendo Su presencia, así sea duro, cuanto tiempo tuvieron los sacerdotes que llevar el arca, esperara a que todos pasarán, por eso es que no es la labor de uno solo, por eso escogieron a 12 para recordarnos que el diseño es de COMUNIDAD.
Debemos sostener la presencia a pesar del cansancio, a pesar de las preocupaciones, a pesar de estar en medio del rió y con las aguas que podrían ahogarnos o destruirnos a pocos metros de distancia, debemos sostener la presencia en alto, porque confiamos en Aquel que todo lo puede, no podemos desfallecer, somos responsables ante Dios, se nos ha encomendado un ministerio precioso de la palabra y la oración.