Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Hai en el campo y en el desierto, adonde ellos los habían perseguido y todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todo Israel volvió a Hai y la hirieron a filo de espada. El total de los que cayeron aquel día, tanto hombres como mujeres, fue de 12,000 todo el pueblo de Hai.
Josué no retiró su mano con la cual tenía extendida la jabalina, hasta que hubo exterminado por completo a todos los habitantes de Hai. Sólo el ganado y los despojos de aquella ciudad tomó Israel para sí como botín, conforme a la palabra que el Señor había ordenado a Josué.
Josué incendió la ciudad de Hai y la convirtió en un montón de ruinaspara siempre, en una desolación hasta el día de hoy. También colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde. A la puesta del sol Josué dio orden que bajaran su cadáver del árbol. Lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta el día de hoy.
Entonces Josué edificó un altar al Señor, Dios de Israel, en el Monte Ebal,tal como Moisés, siervo del Señor, había ordenado a los Israelitas, como está escrito en el Libro de la Ley de Moisés, un altar de piedras sin labrar, sobre las cuales nadie había alzado herramienta de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al Señor y sacrificaron ofrendas de paz.
Allí, sobre las piedras, Josué escribió una copia de la ley que Moiséshabía escrito, en presencia de los Israelitas. Todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a ambos lados del arca, delante de los sacerdotes Levitas que llevaban el arca del pacto delSeñor, tanto el extranjero como el nativo. La mitad de ellos estaba frente al Monte Gerizim, y la otra mitad frente al Monte Ebal, tal como Moisés, siervo del Señor, había ordenado la primera vez, para que bendijeran al pueblo de Israel.
Después Josué leyó todas las palabras de la ley, la bendición y la maldición, conforme a todo lo que está escrito en el Libro de la Ley. No hubo ni una palabra de todo lo que había ordenado Moisés que Josué no leyera delante de toda la asamblea de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos. Josué 8:24-35
Cuan importante es predicar todo el consejo de Dios, no podemos guardarnos nada, le debemos a nuestros discípulos el enseñarles todo lo que Dios ha dicho y no tan solo nuestras doctrinas favoritas, que hermoso es lo que hace Josué, de transcribir los libros y leerlos en presencia de todos.
Pero al mismo tiempo tenia un pueblo dispuesto, hoy en día algunas personas no quieren pagar el precio de un discipulado, quieren un discipulado express, entre más rápido mejor, aún los lideres fallamos muchas veces al querer llenar a las personas de la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible y fallamos al no predicar todo el consejo de Dios.
Que responsabilidad la que tenemos delante de Él, declaremos la Verdad, toda la Verdad, no nos guardemos nada, para que podamos decirle a nuestros discípulos: Por tanto, os doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, pues no rehuí declarar a vosotros todo el propósito de Dios. Hechos 20:26-27