Has escuchado la frase «no debemos juzgar a los hermanos», o has escuchado que personas que se hacen llamar seguidores de Jesús dicen cosas como «no me juzguen», «es que en esa congregación lo juzgan a uno». Cuando alguien de la congregación te diga eso, invítalos a leer sus biblias, en especial 1 de Corintios 5:
Cuando les escribí anteriormente, les dije que no se relacionaran con personas que se entregan al pecado sexual; pero no me refería a los incrédulos -que se entregan al pecado sexual o son avaros o estafadores o rinden culto a ídolos. Uno tendría que salir de este mundo para evitar gente como esa.
Lo que quise decir es: no se relacionen con ninguno que afirma ser creyente y aun así se entrega al pecado sexual o es avaro o rinde culto a ídolos o insulta o es borracho o estafador. Ni siquiera coman con esa gente.
No es mi deber juzgar a los de afuera, pero sí es responsabilidad de ustedes juzgar a los que son de la iglesia y están en pecado. Dios juzgará a los de afuera; pero como dicen las Escrituras: «Quiten al malvado de entre ustedes».
1 de Corintios 5:9-13