«La boda está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. Vayan, por tanto, a las salidas de los caminos, e inviten a las bodas a cuantos encuentren…. Pero cuando el rey entró a ver a los invitados, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, y le dijo: ‘Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?’ Pero el hombre se quedó callado. El rey entonces dijo a los sirvientes: ‘Atenle las manos y los pies, y échenlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.’ Porque muchos son …
A la altura de nuestro llamado…
