La oración brota espontáneamente en los que permanecen en Jesús. La oración es la efusión natural de un alma en comunión con Él. Como la hoja y el fruto brotan de la rama de la vid, sin esfuerzo consciente, porque están unidos al tallo, así también la oración brota, florece y fructifica en las almas que permanecen en Cristo. Como brillan las estrellas, así oran. No se dicen a sí mismas: «es hora de dedicarnos a la tarea de orar». No; oran como los hombres prudentes comen, a saber, cuando les sobreviene el hambre. No claman como si estuvieras bajo …
La oración es una expresión natural
